jueves, 27 de marzo de 2008

SOBMUR SOL

Ana ama a Lucas!, y está muy segura de ello, pero la situación es insostenible.

A veces intenta sopesar la realidad que les envuelve y acaba pensando que...qué diferencia hay en romper con todo y seguir su camino por separado a, continuar este episodio juntos sufriendo para que luego terminen tan llenos de heridas que desistan en su lucha?

En ocasiones, Ana concluye muchos días de su vida convencida de que esta historia es como un velero sin rumbo, perdido, sin un objetivo claro, sus deseos parecen ser los de llegar a tierra, a la tierra prometida, pero su velero no tiene vela, ha perdido la pequeña vela que les traía, y sabeis por qué? Porque era el modelo más arriesgado del mercado cuando se hicieron con él, era exclusivo para aventureros, para personas seguras de si mismas y que creen en lo que sienten, a ver quién sobrevive tormenta tras tormenta en alta mar, el tiempo no les acompañaba en sus rutas trazadas.

Tras largos episodios de fuerte temporal viajaban a la deriva, su labor para seguir surcando los mares era conseguir una vela, hacerse una con sus propias ropas, con su sudor y su empeño, entre los dos, si realmente no eran capaces de navegar desnudos amarrando fuerte sus brazos, morirían!

Morirían con la ropa puesta por no enfrentarse al frío del sacrificio, al agua de sus llantos, al dolor de la verdad cubriendose con capas de agua, que solo les serviría para antes perecer.

Una embarcación les bombardeaba de mentiras y miedos, a la cual Lucas decide saltar asustado por las grandes olas del mar de la verdad, allí tropieza con su amiga la desconfianza y decide quedarse, ellas le protegen y ante tal cuadro levanta el ancla y se va. Actualmente Lucas surca mares tranquilos de emociones y llenos de frias corrientes que le arrastran al precipicio de la indiferencia, al más grande de los vacios.

Ana tras sufrir las corrientes de la decepción, durante un tiempo se deja llevar por los cañones de la desdicha hasta que comienza a gritar, a manifestar sus ganas de saltar, de bailar con los peces, de tocar los corales, de acariciar las cenizas de la Tierra, de los Hombres...un buen día se hace Sirena, el anhelo por la tierra prometida deja de ser su camino... la inmensidad de las aguas se vuelven su destino...surcar los oceanos desde las profundidades más ocultas, descubrir las cuevas antes desconocidas, pero sobretodo... sentirse libre del yugo de otro ser!



Aräs